Signos de deterioro por roderas de vehículos que no pueden acceder en invierno, y desechos de basura, son visibles en este tramo de 5 kms

Residuos aparecidos en el Camino Ignaciano, cerca de Genevilla.

No es sólo por el hecho de ser Camino Ignaciano, también GR-1, basta con ser un camino forestal. Las malas prácticas de usuarias o usuarios siguen siendo palpables y denunciables en el tramo que más está dando que hablar del itinerario que une Santa Cruz de Campezo con Genevilla (4,7 kilómetros). Es la parte final de la 5ª etapa de  la Ruta Ignaciana, Alda-Genevilla.

El paseo entre estas dos localidades sirve para confirmar que las críticas escuchadas sobre todo por parte de la vecindad de Kanpezu tienen su fundamento: vehículos de tonelaje inadecuado siguen  circulando contraviniendo la norma de que en invierno y con barro no se puede realizar esta práctica ya que se deteriora el firme. En este y en otros muchos caminos de la red forestal campezana, que -hay que recordar además- están dentro de la ZEC Sierras Meridionales de Alava. Las suertes foguerales son una de las actividades por las que se explica la utilización de vehículos tipo 4 x 4 o tractores. Pueden circular para estas labores con tiempo seco pero no con lluvias.

Roderas visibles con el barro en un camino arreglado hace poco.

Si embargo las profundas huellas en el camino delatan que se sigue saltando la norma. El hecho tiene aún más transcendencia después de que este mismo verano, la Junta Administrativa de Santa Cruz haya acometido el arreglo de 2 kms de este camino con la ayuda del FEADER (tramo Los Pozos-confluencia con enlance de Peado). Una subvención en la que también se ha tuvo en cuenta la catalogación de este itinerario como Camino Ignaciano y GR-1.

Por si fuera poco esta agresión al camino, el último kilómetro antes de la  llegada a Genevilla también nos depara otra sorpresa desagradable. Un montón de basura (latas de aceite, plásticos, sanitarios, neumáticos, aerosoles…) se esparce cerca del camino, y no parece que esto sea una única acción de hace pocos días.

Maquinaria reformando el camino, este verano.

La vuelta del itinerario, en circular por la Balsa de Genevilla, Canejas y Larrá, parece no mostrar más atentados medioambientales. Los detectados hoy en el Camino Ignaciano merecen una denuncia y sobre todo un reflexión de cómo las instituciones competentes siguen mirando a otro lado cuando se inclumplen puntos fundamentales de las normas de caminos forestales, al margen de que tengan otro tipo de uso recreativo o turístico. Mientras tanto, las personas irresponsables siguen campando a sus anchas, pensando que….  el monte es suyo.