Kanpezu acoge la propuesta artística de Mugarik Gabe y Hortzmuga que visibiliza la violencia machista, dentro del proyecto Memoria Eraikiz.
En sillas de ruedas, dentro de lo que podría ser una sala hospitalaria de Urgencias, enchufadas y enchufados a un gotero. Por ahí, pero también a través de luces, sonidos, los movimientos de una actriz y toda la escenografía que acompaña los relatos, entran hasta lo más profundo y a través de los cascos historias duras y reales. Historias de mujeres reales, víctimas de violencia machista, y de los impactos que les han supuesto en sus vidas.
La representación artística y multidisciplinar tiene lugar hoy martes en la sala de actos de la Kultur Etxea de Kanpezu. Se encuadra en el proyecto Memoria Eraizkiz que ha promovido a organización Mugarik Gabe, en colaboración con Hortzmuga Teatroa. Aquí mismo y través del Ayuntamiento y los servicios municipal y comarcal de Igualdad, había sido programada para marzo, pero lo mismo que sucedió en otras localidades de Euskal Herria, hubo de ser suspendida por la pandemia. Ahora puede retomarse con todas las medidas de seguridad
exigidas.
Tras el primero de los dos pases previstos para hoy la decena de participantes ha mostrado el
impacto personal que la representación y los relatos les han provocado. “Se me han removido las tripas” o “esto me recuerda a las cosas que antes pasaban pero nadie hablaba de ellas”, han sido algunos de las reflexiones compartidas en el breve encuentro posterior a la experiencia artística multidisciplinar.
Necesidad de ser escuchadas.
Los relatos que se escuchan en la sesión, un total de siete, fueron recogidos y seleccionados de un total de 28, en una investigación de Mugarik gabe llamada Flores en el asfalto, donde mujeres de El Salvador, Guatemala y Colombia, pero también de Euskal Herria y del Estado español, ofrecieron su testimonio. «Con esa necesidad de contar la verdad, de que este relato sea escuchado por la sociedad y de buscar justicia no solo para ellas, sino para cualquier otra mujer que haya pasado por una vivencia similar», destacaron Joana y Leire, de Mugarik gabe.
Ambas representantes enfatizaron “el necesario ejercicio de recuperación de esa memoria, la de mujeres víctimas de violencia machistas, pero sobrevivientes al maltrato”. A partir de ellas, y por lo vivido en sesiones de otras localidades, están surgiendo testimonios de historias similares que personas participantes están aportando. Episodios ya desprendidos de esa culpa silencio impuestos en la propia justificación de esa violencia. Una manera de socializar y compartir estas historias es través de su web www.mugarikgabe.org